domingo, 23 de agosto de 2009

Entre Indiana Jones y El Principito - Parte II - Tuaregs

Continúa el relato de nuestro periplo hacia el Desierto del Sahara...




Cerca del mediodía el colectivo se detuvo para que almorcemos, el camino de montaña nos habia revuelto un poco el estómago pero igual taniamos hambre, ya estabamos cerca de la parte mas alta de los Montes Atlas cuyo pico máximo llega a unos 4600 mts mas o menos. Los paisajes increíbles... y la comida, el mejor Tagine hasta el momento.




Como mencioné antes, era un micro local, y esto permite ver mas de cerca a la gente del lugar, los rasgos de otras razas es algo que me encanta ver. La gente que subía y bajaba era de los pueblos por los que ibamos pasando, hombres con turbantes y mujeres con pañuelos en la cabeza y las manos pintadas. Logré sacarle esta foto a escondidas a una joven sentada cerca nuestro, sus manos estaban pintadas de ambos lados y pude ver también en parte del brazo, la pintura es henna, que dura unos diez días. Con el trabajo que debe costar no se como tienen ganas de pintarse seguido :)
Observen el reloj D&G, despues dicen que Oriente y Occidente no pueden convivir en armonía :D

La única persona en el micro ademas de nosotros que no era del lugar, era una chica francesa llamada Sandrine. Nos pusimos a conversar y le contamos nuestra idea de ir a Ouarzazate y a Zagora a ver el desierto. Ella nos comentó que iba a pasar unos dias al desierto pero que éste estaba mucho mas lejos de esas ciudades. Ya nos estabamos deprimiendo cuando nos dijo que porqué no les preguntabamos a las personas con las que viajaba, dos hermanos Tuaregs que se dedicaban a hacer tours particulares al desierto. Durante el almuerzo hablamos con uno de ellos, Mokhtar que nos explicó que si queríamos ver el desierto teniamos que ir a la ciudad de ellos, llamada M´Hamid y que era la última ciudad antes del desierto, pero desde Ouarzazate, teniamos cuatro horas más, y eso haría un total de 10 horas de viaje! Lo pensamos un poco y dijimos "y bueno! si vinimos a ver el desierto, que son cuatro horas mas!", asi que conversamos con el hermano de Mokhtar, Moulud quien nos armo un pequeño tour a un módico precio si nos decidiamos a ir con ellos. No los conocíamos y sabiamos que nos podiamos meter en cualquier lado, pero la verdad, habia algo en ellos que nos daba confianza. Asi que dijimos que aceptábamos y bajamos en Ouarzazate a extender nuestros pasajes.
Por supuesto solo habia un pasaje y casi nos quedabamos, pero un incidente con la mafia de los guias turisticos de la ciudad, hizo que el chofer nos hiciera subir a los dos igual, a pesar de violar la ley por exceso de pasajeros. Moulud viajó sentado en el asiento del copiloto, para darnos el asiento que faltaba y el copiloto iba parado y los tres se rieron tanto todo el viaje que nos contagiaban la risa a todos, a pesar de que nosotros no entendíamos ni jota.
A toda velocidad por caminos de cornisa y muerto de risa iba el chofer, a veces ni miraba el camino. Nosotros sudando la gota gorda, llegamos temer por nuestras vidas en algun momento.

Pasamos por muchos pueblos, rurales y humildes y vimos cosas como estas que nunca supimos que era pero si supimos que era muy antiguo.

El paisaje comenzó a cambiar, la altas montañas se convirtieron en cerros, los cerros en peñascos, los peñascos en piedras, las piedras en pedregullo y el pedregullo en...arena



Llegamos de noche, agotados y muertos de hambre, el colectivo nos dejó en la ciudad de 
M´Hamid, nuestro destino, y nos dirijimos a la casa de los hermanos donde cenaríamos con la familia y luego nos llevarían a pasar la noche al desierto. La casa era una vivienda de cemento, con varias habitaciones, sin muebles salvo por un aparador y un televisor y por supuesto, alfombras y almohadones. Nos tuvimos que sacar los zapatos al entrar y, al desconocer un poco las costumbres, estabamos algo cohibidos. Toda la familia nos vino a saludar, desde los hermanos mayores hasta los mas chiquitos e incréiblemente simpáticos.
Los Tuaregs son la gente nómada del desierto, han mantenido sus costumbres por miles de años, su actividad principal es la cria de camellos y ovejas. El color de su vestimenta es principalmente azul o índigo. Se puede decir que aman el desierto y sufren mucho al tener que vivir en casas fijas, lamentablemente la mayoría debe vivir en forma sedentaria debido a que el calentamiento global está haciendo desaparecer los oasis y no pueden llevar a sus animales al desierto como lo han hecho por miles de años.
Son gente simple, pastores en general pero no ignorante, los chicos van a la escuela, hablan frances perfectamente y los mas grandes, algunos tambien van a la Universidad. Segun nos contaron, los mas grandes nacieron en el desierto mismo y es impensable para ellos dejarlo, los mas chicos en cambio ya tienen otras ideas.

En la habitación que hacía de comedor, una de las niñas, Nessha, nos trajo agua y una palangana, para que todos nos lavaramos las manos, luego la hermana mayor nos sirvió té a todos en vasitos de vidrio .Estaba hirviendo y teníamos que tomarlo haciendo ruido (es la costumbre del lugar) Terminamos de tomar y la señora puso todos los vasitos en un balde, los enjuagó y nos sirvió a todos de nuevo, pero claro, a nadie le tocó su vaso.
Así y todo tomé tres veces.

A continuación trajeron un único gran plato de Cous Cous de donde todos comimos, aunque nosotros solo de la porción mas cercana...y asi, charlando de nuestros países, del desierto, de la historia de Marruecos y la Legión extranjera y mirando en la tele la cadena Al Jazzera, pasamos un rato muy interesante. Ni las mujeres ni los niños comieron con nosotros pero no se si se debió a la costumbre o a que no entrábamos. 

El nene mas chiquito insitió en quedarse con nosotros y cayó dormido a los cinco minutos, asi y todo no lo pudieron llevar a la cama porque se encaprichó en quedarse. Los chicos son iguales en todas partes :)


Esta niña es Nessha, una de las hermanas mas chicas de Mokhtar y Moulud. Su sueño es conocer Paris. Con ella y su hermanito Ismail hemos tenido una gran charla la noche antes de irnos. Yo con mi francés del secundario, señas y dibujos pude hacerles muchas preguntas y ellos con su excelente francés, lograron que los entienda. Me contaron de la escuela y de lo que hacían. Cantamos y nos reímos hasta que les llegó la hora de ir a dormir

Asi fue que conocimos las verdaderas Puertas del Desierto, pasando un rato de lo más agradable con una familia de Tuaregs con quienes nunca habiamos ni soñado compartir una comida.

La aventura no se termina aquí, luego de cenar nos preparamos para ir a pasar la noche al mismísimo Sahara.

No se pierdan la última parte de esta historia, aquí

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